En Comunión Crecemos +
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Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma: y ninguno decía ser suyo algo de lo que poseía; mas todas las cosas les eran comunes” (Hch. 4:32)
“Todos los creyentes se reunían en un mismo lugar y compartían todo lo que tenían” (Hch. 2:44 NTV)
“Les hablo como a gente con la que se puede razonar, juzguen ustedes mismos lo que les digo. Ciertamente, beber de la copa de bendición por la que damos gracias, ¿no es compartir la sangre de Cristo? Y comer del pan que partimos, ¿no es compartir el cuerpo de Cristo? Existe un solo pan y nosotros somos muchos. Eso significa que cuando todos comemos y compartimos ese pan, formamos un solo cuerpo” (1ª Co. 10:15-17)
- Lo que produce el Espíritu, y por lo tanto la nueva vida, es vivir en comunión.
- En todos los casos de Hechos es el efecto que la Palabra bien interpretada produce.
- La Iglesia del Señor puede ser plenamente identificada por la comunión y sus efectos (Hch. 2:41-47).
Como sucedió en la iglesia primitiva es que debe suceder hoy ¿Cómo sucederá esto en nuestra amada organización? Esto acontecerá si hay:
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1. Una reflexión de la bendición de la comunión (1ª Co. 10:15-16)
- La copa que bendecimos (gr. to poterion tes eulogias), es una ordenanza del Señor, que trae comunión (gr. koinonia tou haimatos to Christou- comunión en la sangre de Cristo).
- La invitación a la comunión con Cristo, mediante el simbolismo de la Cena del Señor, es una invitación a la comunión en el cuerpo del Señor. Rechazar una es rechazar la otra.
2. Sentido de pertenencia (1ª Co. 10:16-17)
- En el contexto histórico y textual, se puede ver que se entendía que a los que ofrecían sacrificios a los dioses se les devolvía una parte. Esta, al ser comida les relacionaba con el dios.
- Cristo es el sacrificio hecho por nosotros, pero que ahora se hace presente en nosotros. Esto nos hace un sólo cuerpo.
Vivir en Cristo, vivir en el Espíritu, es mantener relaciones que nos mantengan no solo juntos, sino en comunión.
Esto se verá reflejado en acciones concretas (valorización del otro como individuo, aprecio por las diferencias en el llamado, en el trabajo, en las capacidades, etc.).